Los aminoácidos (Aa) son imprescindibles para la vida, algunos son secretados por el mismo cuerpo mientras que otros resultan esenciales ya que no se producen dentro del organismo y se los tiene que obtener mediante los alimentos.
Son sustancias cristalinas, casi siempre de sabor dulce; tienen carácter ácido como propiedad básica y actividad óptica; químicamente son ácidos carbónicos con, por lo menos, un grupo amino por molécula, 20 aminoácidos diferentes son los componentes esenciales de las proteínas.
Los aminoácidos son las unidades elementales constitutivas de las moléculas denominadas Proteínas. Son pues, y en un muy elemental símil, los «ladrillos» con los cuales el organismo reconstituye permanentemente sus proteínas específicas consumidas por la sola acción de vivir. Proteínas que son los compuestos nitrogenados más abundantes del organismo, a la vez que fundamento mismo de la vida. En efecto, debido a la gran variedad de proteínas existentes y como consecuencia de su estructura, las proteínas cumplen funciones sumamente diversas, participando en todos los procesos biológicos y constituyendo estructuras fundamentales en los seres vivos. De este modo, actúan acelerando reacciones químicas que de otro modo no podrían producirse en los tiempos necesarios para la vida (enzimas), transportando sustancias (como la hemoglobina de la sangre, que transporta oxígeno a los tejidos), cumpliendo funciones estructurales (como la queratina del pelo), sirviendo como reserva (albúmina de huevo), etc.
Los alimentos que ingerimos nos proveen proteínas. Pero tales proteínas no se absorben normalmente en tal constitución sino que, luego de su desdoblamiento («hidrólisis» o rotura), causado por el proceso de digestión, atraviesan la pared intestinal en forma de aminoácidos y cadenas cortas de péptidos, según lo que se denomina » circulación entero hepática».
Esas sustancias se incorporan inicialmente al torrente sanguíneo y, desde allí, son distribuídas hacia los tejidos que las necesitan para formar las proteínas, consumidas durante el ciclo vital.
Se sabe que de los 20 aminoácidos proteicos conocidos, 8 resultan indispensables (o esenciales) para la vida humana y 2 resultan «semi indispensables». Son estos 10 aminoácidos los que requieren ser incorporados al organismo en su cotidiana alimentación y, con más razón, en los momentos en que el organismo más los necesita: en la disfunción o enfermedad. Los aminoácidos esenciales más problemáticos son el triptófano, la lisina y la metionina. Es típica su carencia en poblaciones en las que los cereales o los tubérculos constituyen la base de la alimentación. Los déficit de aminoácidos esenciales afectan mucho más a los niños que a los adultos.
Hay que destacar que, si falta uno solo de ellos (Aminoácido esenciales) no será posible sintetizar ninguna de las proteínas en la que sea requerido dicho aminoácido. Esto puede dar lugar a diferentes tipos de desnutrición, según cual sea el aminoácido limitante.
Las proteínas I: los aminoácidos
- Son moléculas de gran peso molecular (macromoléculas), aunque algunas de ellas, llamadas más propiamente péptidos, pueden ser relativamente pequeñas.
- Están formadas por la unión de unidades más pequeñas (polímeros), concretamente de un tipo de compuestos denominados aminoácidos.
- Los aminoácidos que forman cada proteína pueden ser distintos entre sí (heteropolímeros), lo que significa que unas proteínas se diferenciarán de las demás en función de los aminoácidos que formen cada una de ellas.
- Su estructura consiste en una cadena de aminoácidos unidos uno tras otro, como un collar (son lineales, y no presentan ramificaciones).
El valor del pH del medio en el que un determinado aminoácido tiene carga neutra es su punto isoeléctrico. El punto isoeléctrico de los aminoácidos presenta bastante interés, porque permite su identificación y su separación de entre una mezcla.
- Los polares se disuelven bien en el agua, y suelen situarse en las partes de la proteína que van a estar en contacto con el medio hidrófilo. Incluyen la glicina (gly), serina (ser), treonina (thr), cisteína (cys), asparragina (asn), glutamina (gln) y tirosina (tyr).
- Los aminoácidos apolares, por el contrario, se disuelven muy mal en el agua, con la que no forman enlaces por puentes de hidrógeno. Esto hace que tiendan a agruparse entre sí, y a orientarse hacia el interior de la proteína o hacia entornos de naturaleza apolar. Por ejemplo, las proteínas que se integran dentro de la membrana celular tienen aminoácidos apolares en la zona hidrófoba de la bicapa. En las proteínas aparecen alanina (ala), valina (val), leucina (leu), isoleucina (ile), prolina (pro), metionina (met), fenilalanina (phe) y triptófano (trp).
- Los aminoácidos ácidos tienen un segundo grupo carboxilo en su estructura. Son dos: el ácido glutámico (glu) y el ácido aspártico (asp).
- Los aminoácidos básicos, de modo similar, tienen al menos dos grupos amino en su estructura. En las proteínas aparecen tres aminoácidos básicos: lisina (lys), histidina (his) arginina (arg).
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Los aminoácidos esenciales son aquellos que el propio organismo no puede sintetizar por sí mismo. Esto implica que la única fuente de estos aminoácidos en esos organismos es la ingesta directa a través de la dieta. Las rutas para la obtención de los aminoácidos esenciales suelen ser largas y energéticamente costosas.Cuando un alimento contiene proteínas con todos los aminoácidos esenciales, se dice que son de alta o de buena calidad, aunque en realidad la calidad de cada uno de los aminoácidos contenidos no cambia. Incluso se pueden combinar (sin tener que hacerlo al mismo tiempo) las proteínas de legumbres con proteínas de cereales para conseguir todos los aminoácidos esenciales en nuestra nutrición diaria, sin que la calidad real de esta nutrición disminuya. Algunos de los alimentos con todos los aminoácidos esenciales son: la carne, los huevos, los lácteos y algunos vegetales como la espelta, la soja y la quinoa. Combinaciones de alimentos que suman los aminoácidos esenciales son: garbanzos y avena, trigo y habichuelas, maíz y lentejas, arroz y maní(cacahuetes), etc., etc. En definitiva, legumbres y cereales ingeridos diariamente, pero sin necesidad de que sea en la misma comida.
No todos los aminoácidos son esenciales para todos los organismos (de hecho sólo ocho lo son), por ejemplo, la alanina (no esencial) en humanos se puede sintetizar a partir del piruvato.
En humanos se han descrito estos aminoácidos esenciales:
Los aminoácidos que contienen azufre, metionina y cisteína, se pueden convertir uno en el otro, por lo que por conveniencia se consideran una única fuente. Del mismo modo, la arginina, ornitina y citrulina son interconvertibles, y también se consideran una única fuente de aminoácidos nutricionalmente equivalentes.
En otros mamíferos distintos a los humanos, los aminoácidos esenciales pueden ser considerablemente distintos. Por ejemplo, a los gatos les falta la enzima que les permitiría sintetizar la taurina, que es un ácido derivado de la cisteína, así que la taurina es esencial para los gatos.
Un detalle interesante es que casi ningún animal puede sintetizar lisina.
Energizando la dieta
Es muy importante tomar un buen desayuno, incluso si no tenemos hambre. Muchos estudios muestran que la gente que desayuna algo cuando se levanta se siente mucho mejor fisica y mentalmente a lo largo del día. Incluso un grupo de investigadores británicos ha descubierto que desayunar un tazón de cereales reduce sensiblemente una hormona relacionada con el estrés.
Come cada tres o cuatro horas. Comer algún bocado cada tanto es muy bueno para la salud, ya que mantiene tu azúcar y los niveles de energía estables todo el día. Esto lo recomiendan todos los nutricionistas. Con dos comidas principales y algunos bocados cada tres a cuatro horas uno tiene la energía suficiente para lidiar con todos los gastos energéticos del día. Pero si uno se pasa, y come demasiado eso es contraproducente, ya que el cuerpo va a demandar más energía para digerir esa inmensa cantidad de alimento.
Entre los bocados entre comidas, lo mejor es elegir alimentos con fibra, ya que según estudios médicos entran al flujo sanguíneo de una forma tranquila y lenta, con lo que conseguimos un flujo de energía estable que permanece largo tiempo. Se recomienda comer entre 25 y 30 gramos de fibra al día, cuando casi todo el mundo no pasa de 10 gramos.
Es importante también mantenerse hidratado, o sea consumir mucho líquido. No hay que olvidarse que la mayoría de los fluidos corporales provienen del agua, la sangre inclusive. No tomar suficiente agua hace que el corazón trabaje forzado y eso nos fatiga. El agua también hace que los nutrientes circulen por nuestro cuerpo. Según recomiendan los médicos, para saber si consumimos suficinte líquido, lo mejor es medir cuanto orinamos. Deberíamos ir al baño cada dos o tres horas, y la orina tendría que ser de un color claro o amarillo pálido. No sólo tomando mucha agua tenemos más líquido, se puede consumir frutas jugosas.
Hay que cuidarse de consumir mucha cafeína. Es normal tomar mucho café en la oficina, a lo largo del día. Pero no sólo no es recomendable como energizante, sino que es uno de los causantes de que uno se sienta cansado, dicen los médicos. Ya que nos impide descansar bien por la noche. Lo mejor es tomar poco café, y no tomarlo luego del atardecer, porque sino al otro díaestaremos ojerosos. El café es uno de los principales culpables de los ojos y párpados hinchados.
Energizando la actitud
Estar triste, aburrido, preocupado, enojado y peor, tener estrés general, son también los grandes culpables, según estudios, de llevarse gran parte de nuestra vitalidad a lo largo del día. Si uno se toma todos estos problemas con sabiduría puede redundar en beneficio para nuestro vigor diario.
Simples actos como mojarse la cara, o tomar una ducha cuando uno se siente “quemado”, pueden revitalizarnos. Según un estudio reciente publicado en Journal of Personality and Social Psychology http://www.apa.org/index.aspx esta “terapia acuática” incrementa de forma exitosa la energía.
Otros consejos que dan los psicólogos y psiquiatras son que uno no se deje estar en su aspecto general. En la vestimenta, y en el aseado diario. Si uno se ve al espejo de esa forma, se sentirá cansado.
Tampoco ayuda si uno se encierra en sí mismo y no da a conocer sus sentimientos, no hay que guardarse nada, porque eso repercute negativamente en nuestro cuerpo. Incluso si uno mantiene un estado de enojo por mucho tiempo hace que el corazón trabaje más y eso genera cansancio. Hay que dejar pasar los enojos y aprender a perdonar, no sólo nos hace mal mentalmente mantenernos en un estado de enojo, sino que también nos afecta físicamente.
Realizar buenas acciones también aumenta nuestra energía, según un estudio del Journal of Health and Social Behavio. El trabajo voluntario aumenta nuestra felicidad, nuestra satisfacción con la vida, nuestra auto estima, el sentido de control sobre nuestra vida, la salud física y mejora el humor.